Premio al "genio" de los helicópteros

Se trata de Augusto Cicaré, un autodidacta que solo completó la escuela primaria. Pero que, gracias a su notable talento, desde hace casi 60 años viene desarrollando prototipos. Sus helicópteros se exportan a varios países del mundo

Augusto "Pirincho" Cicaré

Augusto "Pirincho" Cicaré exhibe su distinción

Augusto "Pirincho" Cicaré terminó sexto grado a duras penas y su boletín de calificaciones era una colección de cuatros y cincos. Como él mismo lo reconoce, era el peor alumno de la escuela primaria Nº 13 de Saladillo, en la provincia de Buenos Aires. Eso sí, se destacaba del resto por su habilidad para los trabajos manuales.

A más de sesenta años de su paso por la primaria, y de haber abandonado para siempre sus estudios, la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) lo distinguió como Miembro Honorario. Un reconocimiento para aquellas personas que, en el desarrollo de sus actividades fuera o dentro del ámbito universitario haya prestado a la Universidad o a la comunidad importantes servicios.

No es para menos, "Pirincho", como le dicen conocidos y amigos, es un reconocido constructor de helicópteros. Muchos lo consideran "un genio", en cambio él se define como "un luchador".

Con 75 años de edad, Cicaré lleva construidos 14 prototipos de helicópteros, un simulador de vuelo homologado y es poseedor de un extenso listado de distinciones. El último reconocimiento lo recibió durante el tradicional asado que organiza todos los años el Departamento de Aeronáutica de la Facultad de Ingeniería de la UNLP. Allí frente a docentes, alumnos y personal no docente, el decano Marcos Actis le hizo entrega del premio.

"Quien hubiera imaginado que la Facultad de Ingeniería me iba a dar una distinción. Me siento muy orgulloso", expresó Cicaré.

La vinculación de "Pirincho" con el Departamento de Aeronáutica viene desde hace tiempo. A pedido del Ejército Argentino, participaron de la construcción del prototipo experimental CH-14 "Aguilucho", el primer helicóptero propulsado a turbina desarrollado en Latinoamérica.

"Lo terminamos en un año y medio, que es un tiempo récord, e hicimos la presentación en Campo de Mayo, el día del Ejército. Los pilotos estaban encantados", afirmó Cicaré.

No obstante, el proyecto fue cancelado por una decisión política. "Es una pena. En Argentina logramos desarrollar satélites, que es algo que prestigia mucho a una Nación. Sin embargo, en materia de aviación no tenemos nada desde que cerró la Fábrica Militar de Aviones. Podríamos hacer helicópteros, pero tampoco contamos con apoyo. Son cosas que no se entienden", manifestó.

En su visita a Ingeniería, "Pirincho" cosechó elogios de alumnos y docentes. Para el experto autodidacta, con los ingenieros que egresan de la UNLP podría hacerse una fábrica de helicópteros. "El Gobierno debería apoyar estas iniciativas, porque la ayuda después se le devolvería con creces", opinó.

Si bien, el fuerte de Cicaré es la construcción de prototipos, con sus hijos Alfonso y Fernando comenzó a embarcare en la fabricación de helicópteros en serie. El CH-7B es un helicóptero monoplaza experimental de uso deportivo y se vende con éxito en América y Europa. También desarrolla para los clientes simuladores de vuelo.

Una pasión

La pasión de "Pirincho" por los helicópteros nació cuando apenas tenía 4 años de edad y vivía con su familia en la localidad de Polvaredas, partido de Saladillo. Un día captó por completo su atención la imagen que estaba en la tapa de la revista "Mecánica Popular", que recibía su padre. Intrigado, le preguntó a su mamá: "¿Qué es eso que está suspendido en el aire y no es un avión?".

María Anunciada Ercoli, su madre, le explicó que se trataba del VS-300, el primer helicóptero creado a principios de la década del '40 por el ruso Igor Sikorsky. "¡Uy mamá, que lindo! Yo quiero hacer uno como estos cuando sea grande", dijo el pequeño. Y así fue.

Frente a los ojos chispeantes que la contemplaban, la mujer respondió: "Hijo, aquí dice que es una máquina muy complicada. Pero si un ser de carne y hueso como vos pudo hacerlo, esforzándote, también podrás lograrlo. Eso sí, vas a tener que estudiar mucho, aprender sobre mecánica. Esto está hecho con un torno".

Esas palabras marcarían para siempre el destino de "Pirincho". Unos años después, al enfermarse su padre, la familia se mudó al pueblo (vivían en el campo) y Augusto comenzó a trabajar en un taller mecánico que había pertenecido a su tío. Allí aprendió a usar el torno con gran habilidad. De día hacía piezas para automóviles y cosechadoras para los clientes. De noche, dedicaba su capacidad de invención en su afán de construir helicópteros.

Mate en mano, su madre solía hacerle compañía en el taller. "Mamá tenía hasta tercer grado y, sin embargo, agarraba unos libros de mecánica y hacía cuentas con una capacidad increíble. A veces se despertaba de madrugada y me traía un sanguche, un café con leche. Fue una mujer extraordinaria", manifestó Cicaré.

Esa misma mujer, que tanto ánimo y confianza le había dado, era la misma que se encerraba en su pieza y se ponía a rezar cuando el joven Augusto volaba sus primeros prototipos. "Hoy se sentiría muy orgullosa", admitió "Pirincho".

El orgullo de la directora

La distinción de la Facultad de Ingeniería de la UNLP removió varios recuerdos para el destacado inventor de helicópteros, que se remontan a sus años como alumno en la escuela primaria.

"La pase muy mal. Me costaba muchísimo todo. Me sentía un burro frente a mis compañeros. El boletín me daba vergüenza. Algunos me decían que con la colección de cuatro que tenía podía apilarlos como sillas. En lo único que me destacaba un poco era en las labores manuales. La nota más alta creo que fue un 7 en esa asignatura. Había hecho una cocinita a querosén y un motor a vapor que eran la admiración de todos", rememoró.

En esa época, la directora del colegio, Minerva Ramírez, le decía que tenía que levantar las notas. Y por esas cosas de la vida, cuando Cicaré fue invitado al programa "Almorzando con Mirtha Legrand" para hablar del desarrollo de su segundo helicóptero, la directora lo vio en la pantalla y salió orgullosa a la calle para que los vecinos vieran a su alumno.

"Estaba contenta como si en la escuela me hubiesen enseñado a hacer helicópteros", comentó risueño "Pirincho" y añadió: "Cuando sus hijas me contaron eso fue una alegría tan grande para mí".

La cultura del esfuerzo

A los 15 años, Augusto Cicaré diseñó un motor de 500 cm3 con árbol de levas a la cabeza, que tenía como destino una moto que pensaba construir. También diseñó su caja de velocidad de cuatro marchas. Y a los 21 concretó su ambición de niño de fabricar y volar su primer helicóptero, el Cicaré CH-1.

A pedido de Juan Manuel Fangio diseñó y construyó un nuevo motor de cuatro cilindros en V de cuatro tiempos para instalar en automóviles DKW, utilizando por primera vez en la Argentina distribución por correas dentadas.

En el año 1994 desarrolló el Simulador/Entrenador de Vuelo para Helicópteros CICARE SVH-3, que revolucionó el sistema de enseñanza en el mundo entero por sus características únicas.

Su nuevo desafío es el desarrollo de un helicóptero con sistema de rotores coaxiales, similar al primero que hizo, por pedido de unos clientes taiwaneses.

"Muchos me consideran un genio, pero yo no lo acepto. Autodidacta sí, inventor tampoco. Tal vez soy un luchador. Aprendí mucho de los consejos de mi madre: 'Tenés que tener mucha constancia y perseverancia. Nunca le aflojes y si tenés errores no te asustes. Los fracasos tomalos como un aprendizaje', me decía".

Esos mismos consejos Cicaré se los transmite a los jóvenes, "hay que tener mucha voluntad y predisposición, enfrentar las cosas cuando no salen bien y volver a luchar. Nada sale de inmediato. Hay mucho camino por transitar para hacer algo".

Augusto "Pirincho" Cicaré

El Decano Marcos Actis y Augusto Cicaré