El viernes 19 de septiembre se realizó en el Patio Volta del edificio central de esta Facultad el segundo Acto de Colación de Grados del año 2014, donde recibieron sus diplomas egresados de las distintas disciplinas que se dictan en esta unidad académica y profesores designados por concurso.
El Vicedecano, Horacio Frene, el Decano, Dr. Marcos Actis y el Director de Postgrado, Dr. Sergio Giner
El acto comenzó pasadas las 10 horas, presidido por el Decano de la Facultad de Ingeniería, Dr. Marcos Actis, a quien acompañaron en el estrado el Vicedecano, Ing. Horacio Frene y el Director de la Escuela de Postgrado y Educación Continua (EPEC), Dr. Sergio Giner. Se hallaban presentes, además, autoridades, representantes del Consejo Directivo y personal docente y no docente de la Facultad.
La ceremonia se inició con la entonación de las estrofas del Himno Nacional Argentino y a continuación actuó el Grupo Vocal "Vos, América".
Grupo Vocal "Vos, América"
Posteriormente se dirigió a los presentes el Director de la EPEC, Dr. Sergio Giner, quien luego de agradecer "al Sr. Decano de la Facultad de Ingeniería, Dr. Ing. Marcos Actis por haberme conferido la distinción de hablar en este importante Acto", dijo que "en tiempos donde una parte del mundo trata de imponer disvalores de especulación financiera, un egresado de ingeniería representa siempre un mensaje de esperanza porque la ingeniería tiene que ver con el mérito y con la transformación de los recursos de la naturaleza en beneficio de la humanidad, atendiendo a razones de tiempos, costos y sustentabilidad ambiental y social."
Sergio Giner dirigiéndose a los egresados
"Y hablando de personas que trabajaron en beneficio de la humanidad, de ingenieros que trabajaron y se esforzaron," subrayó "la gran tarea realizada por dos ingenieros brillantes que tuvo el país en el siglo XX, Enrique Mosconi, y Manuel Savio."
Luego de reseñar "la vida de estos dos grandes ingenieros argentinos, que nos marcan una dirección, un sendero, un norte", el Dr. Giner manifestó lo siguiente:
"Y hoy es un día de alegría, un día que marca el final de una etapa sacrificada, llena de clases, de trabajos prácticos, de laboratorios, de libros, de apuntes, de exámenes, de calculadoras y de programas de computadora y cuentas, de tensiones, algunas tristezas y varias alegrías, pero también de compañerismo, aprendizaje y de amistad. Ahora se han recibido de ingenieros, y bien merecido tienen ese respetado título, con fama de difícil, al que ustedes accedieron al haber ido incorporando, con esfuerzo, los conocimientos suficientes para llegar a la meta. Edison, aquel que inventara la primera lámpara eléctrica, dijo: "el genio es un uno por ciento de inspiración y noventa y nueve por ciento de transpiración". Pero más allá del esfuerzo de los nuevos egresados, también hay que ponderar el aporte de la Facultad de Ingeniería toda incluyendo docentes y no docentes, de la institución central, la Universidad Nacional de La Plata, y del Gobierno Nacional, que ha aportado los fondos para que fuésemos testigos de una de las épocas con mayor nivel de mantenimiento de instalaciones y recursos desde que yo recuerdo al menos. Y mi recuerdo ya se va haciendo largo. La Facultad de Ingeniería sigue creciendo: ¡ya es protagonista en el lanzamiento de cohetes espaciales!
Un capítulo aparte para los familiares: gracias por haber hecho el esfuerzo de ayudarlos a crecer, al cual le sigue la recompensa de verlos egresar hoy. Los nuevos ingenieros nunca van a olvidar el cariño y la contención brindada.
Hoy comienza también una nueva etapa, donde ustedes terminaron de ser estudiantes de ingeniería para comenzar a ser ingenieros. Recuerden esta idea. El ingeniero crece gradualmente combinando en forma cotidiana los principios teóricos que han adquirido con la experiencia del trabajo, y esa interacción tendrá que ser frecuente para que se mantengan como profesionales actualizados en contacto con la realidad. El ingeniero aplica la ciencia que aprendió a la tecnología que desarrolla o usa, y de esas aplicaciones encuentra nuevas preguntas que enriquecerán su formación.
Ténganse paciencia; un buen ingeniero requiere años de profesión para sentirse medianamente "cómodo" con el trabajo que realiza. Traten a la gente con respeto y respétense ustedes también. Estudien el país, sus recursos, su historia, su gente, sus próceres y sus villanos. Sus amigos y sus adversarios. No se puede amar lo que no se conoce. Inspírense, inspirémonos en las grandes figuras de Mosconi y Savio y de tantos más para desarrollar el país que nos merecemos, el país que se viene; el país de las baterías recargables de ión de Litio, el país de las energías renovables, el país de la producción de hidrógeno, el de los nuevos materiales de construcción, el de aviones, cohetes y satélites, el país del GPS, el de los autos eléctricos, el del transporte público moderno y sustentable, el de la construcción de viviendas dignas al alcance del comprador, el de la mejora en la infraestructura vial, el de la producción química sustentable, el país de los de alimentos saludables con mayor valor agregado.
De ustedes, al menos en parte, comenzará a depender el destino de la Argentina en este siglo XXI. A afrontar el desafío con compromiso y alegría. Muchas gracias!"
Tras las palabras del Dr. Giner, se procedió a la entrega de diplomas a los profesores designados por concurso, que recibieron de las autoridades de la Casa el diploma que acredita el nombramiento y el emblema de la UNLP, las hojas de roble.
La profesora Rossana Di Domenicantonio, al centro, recibe su diploma de profesora
Por último llegó el momento más esperado por los graduados y sus familiares: la entrega de diplomas a los egresados de las distintas carreras que se dictan en esta casa de estudios, quienes al finalizar la ceremonia fueron invitados a posar, en la entrada del edificio central de la Facultad, para la tradicional foto grupal.