Medio siglo de la creación del Conicet

Prendedor de Oro para reconocer la trayectoria de 40 investigadores, entre ellos, dos de la Facultad de Ingeniería

Son investigadores superiores que trabajan en la ciudad, de dilatadísima trayectoria. Entre ellos figuran los doctores Eduardo Castro y Noemí Elisabet Zaritzky, docentes e investigadores de la Facultad de Ingeniería de la UNLP. Les entregaron un pin simbólico, tallado por el orfebre Juan Carlos Pallarois. Fue el jueves 10 en el Salón Dorado de la Municipalidad. Hubo actos en todo el país para celebrar los 50 años del ente de la ciencia argentina.

Un grupo de visionarios, el 5 de febrero de 1958, puso la piedra fundacional de la meca científica del país, el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet). Esta entidad, que transformó totalmente la investigación en el país, nació oficialmente a raíz del decreto número 1.291 del gobierno de facto de Pedro Eugenio Aramburu. Su mentor fue el inigualable Bernardo Houssay, premio Nobel 1947.

Hoy, el organismo concentra el 75% de la producción científica del país, cuenta con 5.216 investigadores, 2.700 técnicos y 123 centros de investigación en los que cobran vida, anualmente, 6.000 trabajos publicados en revistas especializadas.

Para recordar este medio siglo de profusa vida, se realizó un acto en el Salón Dorado de la Municipalidad, donde se les entregó un prendedor de oro con el símbolo del Conicet, diseñado por el maestro orfebre Juan Carlos Pallarols, a los 40 investigadores superiores que tiene La Plata. Hay apenas 200 en todo el país; menos del 5% de los científicos llega a esta cúspide de la carrera.

Además, se entregó una distinción especial a científicos eméritos de todo el país, cada uno por las grandes áreas de la investigación. Dos de ellos trabajan en La Plata: son los referentes Rodolfo Roberto Brenner, por Ciencias Exactas y Naturales; y Rosendo Pascual, por Ciencias Biológicas y Salud. Los restantes son Alberto Enrique Cassano (Ciencias Agrarias, de la Ingeniería y de Materiales) y José Luis de Imaz (Ciencias Sociales y Humanidades). Este acto se llevó a cabo en la ciudad de Buenos Aires.

Brenner trabaja en el Instituto de Investigaciones Bioquímicas de La Plata (Inibiolp), que funciona en la Facultad de Ciencias Médicas, y Pascual en el Museo de Ciencias Naturales.

Los investigadores superiores que recibieron el pin de oro en La Plata son: María Cristina Añón; Alejandro Jorge Arvia; Enrique Barán; Néstor Oscar Bianchi; Juan Enrique Bolzán; Zulma Brandoni de Gasparini; Rodolfo Brenner, Ricardo Calandra; Enrique Castellano; Eduardo Castro, Horacio Cingolani; Enrique Civitarese; Sixto Coscarón; Jorge Crisci, Luis Dalla Salda; Luis Nicolás Epele; Huner Fanchiotti; Alejandro Feinstein; Juan José Gagliardino; Mario José Garavaglia; Carlos Alberto García Canal; José Raúl Grigera; Francisco Krmpotic; Alberto Raúl López García; Juan Carlos Muzzio; Rosendo Pascual; Angel Plastino; Dionisio Posadas; Mario Alfonso Presas; Héctor Pucciarelli; Jorge Eduardo Rabinovich; Rodolfo Raffino; Vicente José Rascio; Alberto Riccardi; Jorge Sahade; Bernardo Isidoro Schalamuk; Luis Antonio Spalletti; Horacio Jorge Thomas, Walter Triaca y Noemí Elisabet Zaritzky.

Instituido como organismo autárquico bajo dependencia de la Presidencia de la Nación, al Conicet se lo dotó entonces de una amplia gama de instrumentos que se juzgaban adecuados para elevar el nivel de la ciencia y de la tecnología en la Argentina al promediar el siglo y que aún hoy constituyen el eje de sus acciones: las carreras del Investigador Científico y Tecnológico y del Personal de Apoyo a la Investigación y Desarrollo, el otorgamiento de becas, el financiamiento de proyectos y de Unidades Ejecutoras de Investigación y el establecimiento de vínculos con organismos internacionales gubernamentales y no gubernamentales de similares características.

Su primer presidente fue el mismísimo Houssay y el directorio lo integraron Federico Leloir (más tarde, también premio Nobel), Eduardo De Robertis, Eduardo Braun Menéndez, Lorenzo Parodi e Ignacio Pirosky; el meteorólogo Rolando García; el matemático Alberto Sagastume Berra; el químico Venancio Deulofeu; los doctores en ingeniería Félix González Bonorino, Humberto Ciancaglini y Alberto Zanetta, y el físico Fidel Alsina Fuentes.