CRITERIOS CONSTRUCTIVOS (CAPITULO XI)

11.1 - INTRODUCCIÓN.

Un componente de las instalaciones eléctricas de mucha importancia, es la canalización, cuya función es proteger y alojar a los cables conductores de energía y señales.

La canalización puede encontrarse en el suelo, en las paredes, suspendida en el aire, y según donde se encuentre se la realiza en distintas formas.

Los cables pueden estar directamente enterrados, generalmente tendrán armadura, y se los protege además con ladrillos, tejuelas o lajas de hormigón.

Las canalizaciones enterradas se realizan con caños o ductos (caños múltiples) que pueden ser contenidos en bloques de hormigón.

Los caños pueden ser fibrocemento, plástico, cerámica, hierro.

En las instalaciones industriales muchas veces se utilizan caños de acero en bloques de hormigón formando haz, y cuando la canalización llega a la zona de las cargas se abre en forma de abanico.

En el suelo también pueden hacerse canales para cables, con tapas de hormigón o de acero.

Sobre el suelo las canalizaciones se realizan con caños o bandejas. Los caños pueden estar embutidos o a la vista; cuando no hay motivos estéticos se prefiere la canalización a la vista, que permite controlar el estado de conservación, influenciado indudablemente por las condiciones ambiente.

Los caños se instalan manteniendo cierta distancia de la pared para impedir acumulación de materiales, suciedad, etc.; esta es una precaución muy importante particularmente cuando hay presencia de materiales corrosivos.

Para las cañerías es importante que no haya rebabas (internas), que puedan deteriorar el aislante del cable, las superficies deben ser limpias y lisas.

Los accesorios que completan las canalizaciones deben tener aberturas del máximo tamaño posible, extremos largos, roscas completas y agudas.

Los tornillos de las tapas y otros elementos, mediante algún artificio adecuado deben ser imperdibles.

Estos accesorios deben superar ciertos tamaños mínimos para permitir las curvas suaves de los cables.

Las roscas deben ayudar a la rigidez de la canalización, la alineación, continuidad eléctrica, la hermeticidad, y por esto muchas veces se las adopta del tipo "de gas".

Las bandejas se instalan suspendidas del techo o sostenidas por escuadras fijadas en adecuados perfiles embutidos en las paredes.

Las bandejas pueden ser con fondo lleno, perforado, o con simplemente travesaños que unen los costados (escalera), gran variedad de accesorios resuelven las necesidades de instalación.

Los materiales de las canalizaciones, deben ser resistentes a la corrosión, y en general deberá elegirse distinto material según sea el agente corrosivo.

Las cajas, canalizaciones, y en general todos los componentes deben cubrir distintas necesidades de instalación que se presentan:

- de uso general, aptas para prevenir accidentes de contacto.

- a prueba de goteo, a prueba de salpicaduras, a prueba de chorro de agua, aptas para soportar estas exigencias.

- a prueba de polvos, que no permitan la entrada a su interior de los polvos presentes en el ambiente.

- sumergibles, por determinado tiempo y con determinada presión.

- para locales peligrosos, adecuadas para no generar condiciones de peligro en el local, resistentes a la propagación de las explosiones, eventualmente herméticas y con aparatos sumergidos en líquidos aislantes.

- resistentes a ácidos y humos, también en estos casos los aparatos a veces se sumergen en aceite para evitar el ataque de las condiciones ambientes.

- uso industrial, donde no hay presencia de polvos o peligros de explosión.

Todos los materiales y equipos que se utilizan en las instalaciones (aún no eléctricas) deben ser elegidos e instalados teniendo en cuenta las características del medio ambiente en el cual se utilizan y la función que deben cumplir, resistiendo en particular las acciones mecánicas, químicas y/o térmicas a que se encontrarán sometidas durante su funcionamiento.

Así como las normas se ocupan de definir la calidad de los materiales y equipos, ciertos institutos se ocupan de verificar la calidad y otorgan un sello o reconocimiento de calidad.

La utilización de materiales de calidad reconocida es obligatoria en muchas instalaciones por exigencia de quien contrata la obra, y ciertos tipos de instalaciones y/o en ciertos países por la exigencia de la autoridad pública.

Cuando no existen estas especificaciones, al menos debe considerarse que la exigencia de la calidad está fijada por consideraciones de buena fe y de moral.

11.2 - CLASIFICACIÓN DE AMBIENTES.

Las instalaciones eléctricas deben proyectarse con distintas precauciones según sean los ambientes en los cuales la instalación se realiza.

Se dice que un ambiente es normal, u ordinario, cuando no existen condiciones que imponen particulares precauciones de instalación o limitaciones de la elección y utilización de máquinas, equipos y canalizaciones.

En los ambientes se tienen condiciones que permiten incluirlos dentro de la siguiente clasificación:

- Ambientes húmedos, en los que se presentan manifestaciones salinas, manchas de humedad.

- Ambientes mojados, en los que hay presencia de agua, vapor de agua, o la humedad se condensa formando gotas.

- Ambientes fríos, en los que se alcanzan temperaturas inferiores a las fijadas como normales.

- Ambientes a temperaturas elevada.

- Ambientes con posibilidad de depósitos salinos, generalmente a orillas del mar.

- Ambientes con presencia de polvos que por su naturaleza no implican peligros de incendio o explosión.

- Ambientes con emanaciones corrosivas, con vapores o gases corrosivos.

- Ambientes peligrosos, con peligros de incendio o de explosión.

Cualquier instalación que deba realizarse en estos ambientes deberá hacerse respetando ciertas reglas.

En particular, el uso de la energía eléctrica implica riesgos y peligros que se tratan de minimizar y reducir respetando en el proyecto criterios adecuados y normas aconsejadas.

Debe recordarse que el respeto de las disposiciones de norma aunque no garantice la seguridad absoluta, permite reducir las ocasiones de peligro.

La clasificación realizada toma en cuenta las condiciones del ambiente, en ciertos casos se debe tener en cuenta si las personas que están en el ambiente están más o menos informadas del grado de peligro que puede existir en dicho lugar.

Es así que los ambientes se pueden definir por la posibilidad de acceso a los mismos:

- Áreas de tipo general, en las cuales cualquiera tiene acceso.

- Áreas de acceso restringido, sólo algunas personas pueden acceder en condiciones de seguridad determinadas.

Carteles de aviso, enclavamientos, llaves, son las dificultades que deben vencer quien quiera acceder a las áreas restringidas.

11.3 - ÁREAS PELIGROSAS.

Los lugares en los que se presentan determinadas condiciones, pueden ser peligrosos por distintas razones, y en ellos es necesario realizar una instalación eléctrica, satisfaciendo particulares detalles.

Los peligros pueden derivarse de distintas condiciones, a saber:

- Presencia de gases, o polvos que pueden alcanzar concentraciones que hagan temer posibilidad de explosión iniciada por chispas o arcos (que ocurren por funcionamiento normal de los aparatos eléctricos, o por fallas).

- Presencia de polvos que precipitando sobre la superficie de equipos dificulten la disipación del calor, causando altas temperaturas y creando condiciones favorables a la evolución de un incendio.

- Presencia de polvos conductores, que pueden ser origen de descargas eléctricas y los peligros derivados.

- Fibras y pelusas, fácilmente inflamables, son otras condiciones a considerar.

Para prevenir estos peligros la primera precaución es utilizar equipos adecuados, realizar la instalación eléctrica con un diseño y materiales aptos.

Generalmente los conductores se encontrarán protegidos, dentro de caños, los aparatos contenidos en cajas, y los equipos se habrán diseñado con precauciones especiales.

Los equipos que producen chispas o arcos eléctricos, ya en condiciones normales como anormales, deben ser encerrados en cajas herméticas (o bien no deben ser instalados en áreas peligrosas).

Como es imposible lograr hermeticidad que impida la entrada de gases o vapores dentro de cajas (y canalizaciones), entonces éstas se deben realizar de manera de lograr que en caso de una explosión interior ésta quede confinada y no se propague al exterior, cajas que cumplen estas condiciones se dicen "a prueba de explosión".

La alta presión que se genera en caso de explosión produce escape al exterior del gas inflamado, las juntas entonces deben ser de características tales que enfríen suficientemente el gas que escapa para que no se produzca explosión o incendio del ambiente exterior.

Las cañerías que contienen conductores también podrían servir para propagar la explosión de una caja a otra, o de un ambiente a otro, se cierran entonces con sellos adecuadamente ubicados y que evitan dicha propagación y limitan el volumen dentro del cual la explosión puede producirse.

Los proyectos de instalaciones que deben satisfacer estas condiciones se realizan de acuerdo con las normas que la autoridad competente en cada caso impone.

Una de las normas de aplicación que ha sido tomada de modelo es la National Electric Code (NEC - USA) norteamericano, cuyo artículo 500 está dedicado especialmente a este tema.

La clasificación de áreas peligrosas, y las características del peligro que a continuación se detallan se basan en dicho código.

Las mezclas explosivas se clasifican en grupos.

A acetileno, B hidrógeno, C éter etileno, D nafta-alcohol solvente, E polvos metálicos, F polvos de carbón, G harina, almidón, polvos de granos.

Las características de la instalación están fijadas por la clase; según sea el peligro permanente o se produzca pocas veces la condición de peligro, la clase se divide respectivamente en dos divisiones, división 1 y división 2.

Cada sala, sección o área debe ser clasificada para poder definir como debe ser realizada la instalación.

Las áreas de clase I, son aquellas en las cuales hay presencia de gases o vapores (grupos A, B, C, D) en cantidad suficiente para producir mezclas explosivas o inflamables.

En la clase I división 1 quedan incluidas todas las áreas en las que se pueden producir concentraciones peligrosas, ya sea continuamente, intermitentemente o periódicamente en condiciones normales de funcionamiento, o por fallas de equipos o procesos que puedan ocasionar fallas simultáneas del equipo eléctrico.

Entran en esta clasificación las áreas donde se pulverizan productos con solventes, las áreas con tanques abiertos, salas de bombas, etc.

En la clase I división 2 se incluyen las zonas donde el peligro se presenta en caso de fallas o accidentes, en ellas se manejan productos fuente de peligro en recipientes cerrados, o en sistemas cerrados, y los escapes sólo pueden ser accidentales (rotura, explosión o funcionamiento anormal).

También entran en la clase I división 2 los ambientes en los cuales se evitan normalmente concentraciones peligrosas con un sistema de ventilación, debiéndose tener presente el caso de falla del sistema de ventilación.

También merecen esta clasificación los ambientes próximos, adyacentes a los de clase I división 1, a los cuales pueden comunicarse ocasionalmente concentraciones peligrosas.

A su vez los recipientes herméticamente cerrados, en principio no se consideran peligrosos.

Las áreas de clase II son peligrosas por la presencia de polvo combustible (grupos E, F, G).

En la clase II división 1 quedan incluidas las áreas en las cuales se pueden producir concentraciones peligrosas continuamente, intermitentemente o periódicamente, o donde por falla o funcionamiento anormal del equipo se puede producir dicha condición, simultáneamente a una falla del sistema eléctrico o a funcionamiento de los elementos de protección, también se incluyen las áreas en las que pueden estar presentes polvos conductores de la electricidad.

Entran en esta clasificación canales, tolvas, cintas transportadoras abiertas, muelas, pulverizadores, etc.

Los polvos combustibles comprenden polvos producidos en procesos con granos, azúcar, cacao, huevos, leche en polvo, especias pulverizadas, harinas, etc.

Entre polvos conductores son particularmente peligrosos el magnesio y el bronce de aluminio.

En la clase II división 2 se incluyen las áreas en las cuales la concentración de polvos en suspensión no es suficiente para producir peligros de explosión o incendio, pero el depósito o acumulación de polvos pueden ser de magnitud tal que perturbe la disipación de calor del equipo, o pueda ser inflamado por chispas o arcos.

En general estas áreas se encuentran adyacentes a las división 1, la concentración de polvos en el ambiente es mínima, sin embargo el depósito de polvos en las superficies causa impresión de "suciedad", por ejemplo entran en esta clasificación los depósitos donde se manipulan bolsas cerradas que contienen polvos.

Las áreas de clase III son peligrosas por la presencia de fibras o volátiles inflamables, pero en las cuales no es probable que la concentración sea suficiente para producir mezcla inflamable.

En la clase III división 1 entran las áreas en las cuales se producen volátiles combustibles o se manipulan, fabrican o emplean fibras fácilmente inflamables.

En la clase III división 2 entran las áreas en que se almacenan o manipulan (pero no se fabrican) fibras.

Estos productos son generalmente textiles, rayón, algodón, cáñamo, lino, tejidos, etc., o de carpintería, virutas, aserrín, etc.

La clasificación indicada permite fijar la aptitud de un aparato o equipo a ser instalado en determinado local, en este caso es fundamental tener en cuenta que la prueba de aptitud debe ser hecha para la atmósfera que específicamente corresponda.

Como criterio general de diseño es conveniente en lo posible instalar los equipos fuera de las áreas peligrosas.

Aquellos equipos que forzosamente deban ser instalados en el área peligrosa cumplirán las condiciones que fijan las normas para la clasificación del área correspondiente.

El uso de equipos adecuados, y el proyecto correcto de la instalación no son suficientes para la seguridad, si no están acompañados por una esmerada realización de la instalación y un mantenimiento que asegure que las características se conserven y no haya una degradación.

La degradación de la instalación en el tiempo puede ser tanto debida a envejecimiento propio, como a modificaciones o instalaciones provisorias, que no deben ser absolutamente admitidas en las áreas que han merecido la clasificación peligrosas.

La clasificación hasta aquí mencionada cubre áreas de instalaciones industriales en general, para ciertas ubicaciones específicas existen otros reglamentos u otras normas o indicaciones que permiten clasificar el área y fijan condiciones de proyecto y de construcción.

Estas instalaciones son:

- Garajes, talleres de reparación o depósitos de vehículos autopropulsados que utilizan combustibles inflamables.

- Hangares de carga y descarga de combustibles.

- Plantas de almacenamiento de combustibles.

- Lugares donde se realicen tareas de pintura con disolventes volátiles.

- Salas donde se utilicen o almacenen anestésicos o desinfectantes combustibles.

- Teatros y salas de espectáculos públicos.

- Estudios cinematográficos y de televisión.

Dentro de la lista no se han mencionado aún:

- Lugares donde se producen y/o manipulan explosivos.

- Minas en las que la presencia del gas grisú es fuente de peligro.

No es posible indicar las normas, las reglas, los criterios correspondientes a todos estos tipos de instalaciones; es responsabilidad de quien proyecta antes de comenzar su tarea, buscar la bibliografía (actualizada) indispensable para estudiar lo que se debe hacer.

11.4 - INSTALACIONES INDUSTRIALES.

Al iniciar un proyecto de instalación eléctrica (y en general una instalación cualquiera) o una modificación, o una ampliación, el primer paso para realizar un trabajo inobjetable es lograr una correcta clasificación de ambientes, encontrando en particular las áreas peligrosas.

El proyectista eléctrico no puede dominar la ubicación de las cargas eléctricas (motores) que entran en el proceso industrial.

La opinión del proyectista eléctrico influye en cambio en la ubicación de los centros de alimentación de las cargas (centros de control de motores - tableros - transformadores) y la configuración de la red eléctrica general.

Es un excelente criterio general de proyecto tratar de evitar el realizar en un ambiente menos favorable aquella parte de la instalación que puede estar en un ambiente más favorable.

Los ambientes cerrados pueden ser presurizados con aire limpio, y en este caso también puede a veces lograrse que el ambiente cambie su clasificación pasando por ejemplo de división 1 a división 2 o área general.

Ciertas máquinas y aparatos, en particular cuando su tensión nominal es superior a 1 kV, deben ser instaladas en áreas separadas de acceso restringido, para que el personal no calificado no pueda acceder a ellas.

Al encarar la clasificación de ambientes debe tenerse en cuenta el tipo de proceso que en el área se realiza, y cuando falta experiencia conviene recurrir a información de obras o instalaciones en funcionamiento y aplicar criterios de similitud. La mayoría de las veces el tipo de industria define, en principio, que ambientes se encontrarán.

En la industria del petróleo, gas, se tendrán áreas con peligro de explosión o incendio, podrán aparecer ambientes en los que se disminuye el peligro mediante presurización.

En las áreas no peligrosas se realizarán parte de las instalaciones eléctricas que puedan ser allí ubicadas, deberá considerarse en el proyecto que esas áreas no se puedan transformar en peligrosas por futura evolución de la planta.

Las industrias metalúrgicas, salvo algunas áreas en las que se tienen presencia de gases inflamables, hidrógeno, acetileno, gas de carbón, en general son clasificadas como áreas no peligrosas, pero en cambio abunda la presencia de polvos, óxidos metálicos, ambientes con vapores, emanaciones corrosivas, ácidos, álcalis (para el tratamiento y limpieza de los metales), chorros de agua de enfriamiento, aceites, condiciones todas que requieren precauciones para la buena conservación de la instalación.

En las industrias químicas es común encontrar áreas peligrosas, y presencias de ácidos y/o condiciones corrosivas en general.

También en las industrias de alimentos se pueden presentar peligros de explosión, especialmente por la presencia de polvos, en los procesos de molienda para obtención de harinas.

Condiciones similares se presentan en las plantas de almacenaje y distribución de granos (silos), en las cuales la presencia de polvos ha sido origen de terribles accidentes.

También se encuentran áreas peligrosas en las industrias textiles, tanto de fibras naturales como sintéticas.

Instalaciones de tipo tan distinto exigen evidentemente el manejo de muchos reglamentos, sin embargo las preguntas que se deben responder no son muchas y permiten encontrar las condiciones críticas de diseño.

- Respecto del lugar de instalación se debe controlar si el equipo es adecuado para las condiciones ambientes, intemperie, líquidos, polvos, vapor, tanto si el área es no peligrosa como si es peligrosa.

- Respecto a los detalles de instalación debe cuidarse, rigidez, continuidad mecánica, acciones de la dilatación térmica, resistencia a las temperaturas, conductividad térmica, resistencia a los golpes, resistencia a la llama, resistencia a la propagación del fuego.

- Respecto de la duración en importante controlar la resistencia a la corrosión química (debida a ácidos, álcalis), la corrosión electrolítica que se presenta cuando hay metales diferentes en contacto (eléctrico) entre sí en presencia de un electrolito.

- Respecto del diseño en general hay que preguntarse ¿se ha considerado el tipo de instalación eléctrica? ¿el lugar de instalación?, ¿la protección de los conductores?, ¿el tamaño, forma y terminación de los accesorios?

- Si el área es peligrosa hay que estudiar a fondo las condiciones que provocan peligros de incendio o explosión, como eliminar estas condiciones, como estar seguros de la instalación tanto nueva como durante su vida considerando el mantenimiento.

Las condiciones que deben cumplir los equipos para ser instalados en ambientes con distintas exigencias no son exclusivamente de tipo eléctrico.

La energía necesaria para que se inicie una explosión es muy pequeña, no es necesario un arco eléctrico muy intenso, la chispa debida a una descarga de electricidad estática puede ser peligrosísima, y los equipos deben ser concebidos para evitar esta situación.

Las herramientas y los accesorios que se utilizan en las áreas con peligro de explosión no deben generar chispas al chocar entre sí.

El personal de mantenimiento no debe realizar instalaciones precarias en ningún lugar de la planta, pero esto es tolerable si no es fuente de peligro; es absolutamente inaceptable (debiéndose considerarse criminal!) en los lugares con peligro de incendio o explosión.

Los accesorios portátiles deben ser adecuados y seguros en el área en que se los utiliza, y deben encontrarse en optimas condiciones de conservación (cristales íntegros, cables bien conservados), es buena norma de todos modos prever instalaciones fijas donde parece necesario llegar frecuentemente con instalaciones portátiles, el mayor costo de la instalación fija es ampliamente compensado por la mayor seguridad.

Respecto del mantenimiento cabe una reflexión más, se observa que a veces se confunde temeridad con responsabilidad, y por retomar el servicio en tiempos mínimos (responsabilidad de producción) se abren por ejemplo cajas en aéreas peligrosas (temeridad en el mantenimiento) y el ahorro de unos minutos se debe lamentar durante años y frecuentemente no solo por daños materiales.

Es función de los jefes no confundir eficiencia con irresponsabilidad, no deben permitir que el personal haga estupideces, no deben exigir más allá de lo prudentemente responsable, el cansancio y el agotamiento son origen de muchos errores, y estas situaciones son imposibles de prever en el proyecto.

11.5 - INSTALACIONES EN EDIFICIOS CIVILES.

Habitaciones, oficinas, comercios, hospitales, para cumplir adecuadamente su función deben poseer instalaciones eléctricas.

Cada parte de la instalación, alimentada a través de un medidor es una unidad, reglamentos y normas fijan la carga convencional que se debe asignar a la unidad (como mínimo).

Las unidades se conectan a una barra común, o a un cable de distribución, para el cual toma significado el coeficiente de simultaneidad.

El interruptor general de la unidad debe interrumpir todos los polos, también el neutro, además se deben tener dispositivos de protección contra sobrecargas y cortocircuitos.

Los dispositivos de protección deben asegurar que no se alcancen temperaturas peligrosas (fallas en puntos lejanos corresponden a corrientes de fallas bajas), para conseguir protección efectiva se deben eventualmente subdividir las cargas e instalar más dispositivos de protección, en cada derivación.

Es importante la protección de cada derivación, especialmente a ambientes particulares, y a motores.

Los motores deben ser protegidos contra sobrecargas y cortocircuitos, eventualmente su reaceleración debe estar condicionada para no poder arrancarlos repetidamente (sobrecargándolos).

Algunas normas de seguridad exigen de que un dispositivo visible local (seccionador) impida el arranque del motor, cuando tiene comando a distancia, para evitar el peligro de una puesta en marcha imprevista.

Cuando puede haber más de una fuente de alimentación, se debe excluir la posibilidad de paralelo, salvo que éste se haya acordado con quien suministra energía (estando previstas las medidas de seguridad, enclavamiento, y protección).

Como en las instalaciones industriales, también para los edificios civiles el proyecto de la instalación se inicia con la clasificación de ambientes, teniendo en cuenta las particularidades de los mismos, cuarto de baño (agua-humedad), cocina (gas), garaje (vapores de nafta), en los hospitales - sala de operación éter, anestésicos y otros vapores).

En los ambientes con peligros de incendio o explosión se deben utilizar accesorios adecuados, los tomacorrientes en particular impedirán que se produzcan chispas al extraer o conectar el toma (en carga).

Los tomacorrientes deben ser instalados a ciertas alturas mínimas sobre el piso, más de 15 cm para evitar peligros del agua cuando se lava, 1.5 m cuando hay presencia de vapores de nafta (garajes) o cuando se quiere impedir que sean accesibles a los niños.

Razones de seguridad limitan la tensión máxima de alimentación respecto de tierra a valores del orden de 200-250 V, los aparatos que requieren mayor tensión (lamparas de descarga por ejemplo) tendrán su transformador individual.

En los ambientes mojados, debe tenerse especial cuidado, desde las zonas de duchas o bañeras no debe poderse llegar a tomacorrientes de instalación eléctrica, si se deben utilizar aparatos portátiles su tensión hacia tierra debe ser muy baja (25-50 V).

Las protecciones contra contactos de las personas son muy importantes.

Se trata de evitar también que los elementos de la instalación sufran lesiones mecánicas, origen de tensiones de contacto, formación de arcos eléctricos, efectos de temperatura, humedad, corrosión.

Los materiales de la instalación y de los aparatos deben resistir las solicitaciones a que están sometidos y ser de calidad (eléctrica).

Los aislantes resistentes a la perforación, a descargas superficiales ("tracking"), no higroscópicos, excluyen la madera, pizarra, mármol (y algunas normas directamente los prohiben).

Los conductores deben ser de cobre electrolítico o aluminio de primera fusión, se debe controlar que las uniones entre metales distintos no sean origen de corrosión.

A veces el aluminio no se acepta como conductor de tierra.

Disposiciones y normas fijan secciones mínimas de los conductores de fase, neutro, y tierra, y sus identificaciones.

El conductor de tierra puede ser desnudo, pero cuando es de pequeña sección es conveniente que sea aislado (color verde-amarillo).

Canalizaciones, tubos de protección de los conductores, canales de cables, deben ser de tamaño abundante, es conveniente superar los mínimos que imponen reglamentos.

El número de curvas debe ser mínimo. Las cajas deben permitir la disipación del calor y no deben poder penetrar cuerpos extraños.

Tomacorrientes, que sirven para conectar los aparatos utilizadores deben tener contacto de tierra (cuando corresponde porque el aparato puede ser fuente de peligro) y deben evitar el acceso a puntos peligrosos mientras se los conecta y desconecta.

En instalaciones con distintas tensiones disponibles es importante impedir la intercambiabilidad de fichas y tomas.

En el diseño general de la instalación se debe considerar el acceso cómodo a sus partes, especialmente a los tableros.

En general deben respetarse normas que se deben conocer en cada caso.

En la instalación terminada se realizarán ensayos que permitan verificar su correcta ejecución.

Cada parte de la instalación comprendida entre dos fusibles y/o interruptores automáticos deberá asegurar una resistencia de aislación del orden de los 250 kohm (corrientes de fuga 250 V / 150 kohm = 1 mA).

Las diferencias de tensión entre vacío y plena carga de los circuitos deben satisfacer los requisitos de normas. Estos valores se determinan suponiendo tensión constante en el punto de alimentación, y se limitan a 4 % para los circuitos de iluminación y 6 % para los restantes.

Cada vez es más frecuente, debido a la elevada concentración de potencia, que se presenta en los edificios de uso civil, la necesidad de instalación de una o más cabinas de transformación de media tensión a baja tensión.

En general el local de la cabina debe tener ese solo fin, sus paredes serán incombustibles, el acceso será fácil, una puerta con llave impedirá el acceso a quienes no estén autorizados, carteles de peligro avisarán esa condición, instrucciones para el caso de accidente informarán (respiración artificial, caso de incendio, etc.).

Las aberturas permitirán buena ventilación, pero impedirán la entrada de cuerpos extraños, animales, la penetración de líquidos.

Si el transformador es con aceite, se debe impedir su eventual salida, actualmente los líquidos incombustibles (clorados - PCB) no son aceptados porque son tóxicos se aceptan en cambio líquidos siliconados.

Los transformadores de aislación seca, permiten la realización de centros de distribución más compactos, y que podrían instalarse en locales de uso general, aunque siempre es conveniente restringir el acceso a estos equipos.

11.6 - INSTALACIONES DE DISTRIBUCIÓN.

La red de distribución debe llegar a todos los usuarios.

Definida la estructura y características principales de la red de distribución, los problemas que deben enfrentarse son construir la instalación; como gran parte de la red se realiza en terrenos públicos (calles plazas), las formas constructivas a adoptar se orientan a conseguir el máximo aprovechamiento y minimizar las molestias que los componentes de la instalación causan.

La primera clasificación puede hacerse por niveles de tensión, alta (132 kV), media (10-40 kV, en nuestro país 13,2 y 33 kV), y baja.

Por la forma de realización la red puede ser aérea o subterránea.

La línea aérea puede ser con cables desnudos que deben cumplir condiciones de suficiente distancia a edificios y al suelo de manera de garantizar la imposibilidad de contactos accidentales.

La forma constructiva es la típica de las líneas aéreas, soportes a cierta distancia (económica) entre sí, y los cables tendidos entre ellos, también respetando distancias de aislación - seguridad); en baja tensión la distancia está fijada más por consideraciones ligadas al balanceo de los conductores que por distancias eléctricas.

Es así que las líneas aéreas ocupan un volumen en el espacio, dentro de este volumen no deben penetrar otros cuerpos (para evitar peligros o fallas); también debe considerarse la superficie a la cual la línea le impone condición de servidumbre ya que no permite construir en altura.

A fin de disminuir los volúmenes (o superficies) ocupados, en particular en media y baja tensión, se realizan las líneas aéreas con conductores aislados, ya sea separados o formando haz, lo que resulta en soluciones mas compactas.

Los cables aislados en haz (formando manojos - llamados preensamblados) permiten minimizar las distancias a los edificios, y gran simplicidad en los detalles de instalación, que se resuelven con ganchos fijados a paredes (frente de los edificios).

La instalación así realizada es menos susceptible a los accidentes, y esto se nota en economía de mantenimiento (y posibilidad de recuperación) que justifican la mayor inversión inicial.

El aluminio muestra ventajas económicas respecto de los cables y conductores de cobre, y cuando se trata de cables tendidos entre soportes intervienen consideraciones mecánicas ligadas a la flecha y al peso del conductor que también favorecen al aluminio.

Las secciones de los cables aéreos se eligen dentro de cierto rango intermedio, observándose la inconveniencia de secciones mínimas o demasiado grandes.

En efecto, aunque la sección de la línea fuera "nula" los postes para su suspensión deberían tener cierto tamaño mínimo (fijado por las cargas - en particular el viento - sobre el poste), siendo la sección de la línea pequeña el vano no puede ser grande, por lo que se encuentran los mínimos técnicos convenientes.

Cuando las secciones son muy grandes en cambio aparece la ventaja de cambiar la topología de la red (subdividiendo la línea en dos ternas que permiten más flexibilidad y mejor aprovechamiento) o elevar la tensión de transmisión.

La distribución con cables subterráneos es más costosa, pero en muchos casos, por razones múltiples es la única instalación realizable.

Conviene señalar que en el proyecto de distribución con cables subterráneos es fundamental identificar el criterio de dimensionamiento de la instalación de distribución.

En general éste está fijado por el límite de caídas de tensión, y no por razones térmicas, y entonces no es de fundamental importancia la eficiencia del enfriamiento.

Los detalles de instalación deben ser cuidados para que no se produzcan concentraciones de cables que den puntos calientes en el recorrido, situación que pueden presentarse en los cruces de calles, en los recorridos paralelos de cables (eventualmente de distintos sistemas), en las salidas de los centros de distribución.

Es entonces admisible instalar estos cables en caños o haces de caños, lo que facilita su tendido y eventualmente su renovación.

No debe olvidarse que en las redes de distribución la carga evoluciona y crece en el tiempo, se cambia la topología de la red y se puede llegar a que inicie la crisis térmica de los cables.

A veces se juzga como poco conveniente la instalación de cables de distribución en conductos, especialmente en zonas donde la renovación de redes es frecuente, como en las zonas céntricas de las ciudades, se debe concluir que esta es la única solución de fondo, los cables simplemente enterrados están sometidos a demasiadas agresiones debidas a circunstancias ajenas a la instalación eléctrica.

Logicamente la distribución de los servicios en la ciudad requieren una coordinación; energía y comunicaciones utilizan cables y tienen algunos problemas similares, pero la solución debe ser integral, cubrir también gas, agua cloacas, etc., y eso escapa a nuestro tema.